EXTREMISTAS NO TAN NOBLES

Estudiando en el IPVCE Lenin* repetíamos la frase: “siempre detrás de un extremista  hay un oportunista”,  mas por mostrar un nivel de erudición al que aspirábamos que por convencimiento al no haber sido víctimas, al menos en mi caso, de algún extremista. No creo que sea la frase más célebre de Lenin pero si muy acertada. Como en otros tantos casos su repetición y arraigo la santificaron como verdad justamente popular.

En lo personal reconozco que la edad me ha vuelto mucho más reflexiva que impulsiva ¿para bien?, al menos en lo general creo que sí. Sin embargo cuando leo algunos artículos en diarios, otros blogs o publicaciones y los comentarios que hacen a los mismos, suelo enfadarme.

En un mundo que irremediablemente se globaliza, donde todos podemos intercambiar opiniones, ideas y actuar en dependencia de lo que este intercambio nos aporta, donde casi compartimos en exclusiva nuestros estados de ánimo, logros o fracasos con amigos establecidos o retomados a través de las redes sociales con la consiguiente publicidad y ramificación que  conlleva, resulta incomprensible que seamos poco tolerantes y hasta ofensivos con los que opinan o piensan diferente a nosotros.

Si al menos todo quedara en una diferencia, sería provechoso y constructivo, pero si ofendemos o peleamos tratando de anular o malograr las ideas, conductas o modos de vivir de otros, todo se complica.

No hablo solamente de ser tolerante, aunque ciertamente este sería el primer escalón y más elemental, me refiero a la aceptación de que alguien puede pensar diferente a nosotros y tener razón. La verdad es relativa, eso también nos lo enseñan en filosofía y vaya si es cierto.   

Algo que he aprendido en este país es la libertad de expresarse y defender ideas propias de forma contundente y a la vez respetuosa. Por supuesto para alguien que ha vivido 30 años en un país unipartidista y con una sola ideología estatal esto supone todo un descubrimiento; aun hoy después de algunos años me resultan chocantes los debates que se establecen en las campañas políticas, la idea de criticar el desempeño de un presidente o cualquier otro alto cargo de un país, es una muy grata novedad.

Si somos capaces de hacer esto en el viejo continente ¿por qué en el continente ‘más joven’ no aprendemos de una vez y copiamos lo mejor de ‘nuestros mayores’.? También es justo reconocer que en el gigante de América, -y del mundo-, con mucha menos diplomacia, elegancia o sinceridad, siguen este proceder, lo cual me hace pensar que es un mal exclusivo de la zona al sur del río Bravo. El origen de este mal no es endémico sino impuesto, el criollismo solo pudo desarrollar solapadamente el debate que la condición de colonia española nos permitía. Luego la neo-colonia, las dictaduras, alguien de afuera restringiendo lo que debíamos o no expresar y hasta pensar, dando paso a los de adentro imponiendo por la fuerza más de lo mismo. O sea no es incapacidad innata sino adquirida.

El músculo que no se ejercita se atrofia, -voy de refranes y reflexiones en toda esta entrada-, y el no poder ejercitar la libertad de expresar ideas y opiniones personales, aunque fuesen divergentes, durante tanto tiempo ha hecho que perdiéramos la capacidad de hacerlo decentemente cuando podemos.

Por eso invito, y disculpen si sueno pretenciosa, a que en este blog que aun no sé bien de qué va, opinemos y mantengamos un debate libre, sin prejuicios pero sobre todo respetuoso.

Pensemos todo lo que queramos pero vamos a exponerlo y compartirlo; hablemos de Cuba, de España, del mundo, de nuestras realidades, nuestras alegrías, añoranzas.

Aprendamos a respetarnos debatiendo, nunca es tarde.

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*IPVCE Vladimir Ilich Lenin: Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin. Era una escuela muy prestigiosa y pionera en su tipo. Los egresados resultaban graduados de bachiller pero con una preparación superior (al menos eso se pretendía) a la del resto de los bachilleres egresados de otros institutos existentes.