lunes, 5 de marzo de 2012

UN DERECHO NO ES LO QUE ALGUIEN TE DEBE DAR.

Hace unos días leía en el diario Miami Herald, una entrevista a músicos cubanos que  anunciaban actuaciones en USA y específicamente en Miami. Se trata de 4 músicos jóvenes y exitosos que tienen algo más en común: haber vivido y triunfado fuera de Cuba.
En todos los casos han salido de Cuba jóvenes, luego de realizar estudios musicales y han triunfado por méritos personales y no sin esfuerzos. Con  sus propias palabras declaran compartir la experiencia de “haber vivido media vida de un lado y media vida del otro”… “somos cuatro personas que tenemos la dualidad de haber vivido como los que se fueron y como los que se quedaron”.
Hasta aquí todo bien, han tenido la misma posibilidad que algunos de nosotros de vivir fuera de Cuba, -mientras que la mayoría no-, pero de ahí a que uno de ellos diga: “nosotros eliminamos la noción de salida definitiva de Cuba”, es otra historia.
Por supuesto que me alegro de que artistas cubanos triunfen en el exterior y se muestren orgullosos de sus orígenes, pero es innegable que la posibilidad que tienen de regresar a residir en la isla, al menos en este caso, son únicas y excepcionales.
Debo aclarar que no conozco todos los detalles de su historia, salvo los que hace públicos en la entrevista y según ella, su regresó se debió a que “en determinado momento empecé a tener puntos en común con ciertas personas de la embajada cubana, lo cual me dio alegría y empezamos a ver la posibilidad de volver a Cuba”.
Sigo sin aclararme mucho más, pero me parece entender que su regreso a Cuba se debió a un proceso excepcional y no general.

Como ya comenté en la entrada ¿REFORMA A LA LEY DE VIVIENDA O LA DE EMIGRACIÓN?, continuo sin comprender por qué esta práctica no es general y cualquier cubano de a pie puede disfrutar de vivir tanto en su país como fuera de él por el tiempo que estime pertinente y sin tener que perder su residencia cubana.

Nadie elije la salida definitiva de Cuba, o casi nadie, para no ser absolutista. De hecho nunca te vas definitivamente porque regresas una y otra vez al encuentro de familiares, amigos, raíces, esencias, solo que no puedes hacerlo permanentemente o por largas temporadas.

Tengo fe en el futuro y en el mejoramiento humano, como dijo Martí; y cada vez se dan más pasos para mejorar y adecuar las leyes a la situación actual. Siempre debe ser así. Las leyes no son algo inerte, inamovible, pueden y deben adecuarse a una realidad que cambia constantemente.

Me gustaría que todos los cubanos emigrados en cualquier parte del mundo pudieran regresar por el tiempo que estimaran conveniente y cuando quisiesen, sin más limitaciones que las impuestas por las condiciones económicas y disponibilidad de tiempo personales. Que pudieran incluso invertir y así contribuir al desarrollo económico de Cuba, en fin que siguieran ejerciendo sus derechos y obligaciones como cubanos.

Mientras tanto alegrémonos por estos jóvenes que disfrutan de esa posibilidad y además triunfan.

1 comentario:

  1. Estimada amiga has puesta el dedo en la herida que sangra, este es uno de los temas recurrente para todos (o casi todos) los cubanos que alguna vez decidimos salir de nuestra tierra, si, de nuestra tierra, nadie humano nos la presto, es nuestra igual que de cualquier otro nacido bajo su cielo, nadie debe negarnos ese derecho, por mucho o poco que haya hecho, repito es nuestra como del que más y no pueden quitarnos el derecho a formar parte de ella.
    El fin no justifica los medios, no se puede matar al enfermo para currar la enfermedad. Por muy amenazado que este un país no puede estar regido por dogmas que afecten a su propia gente, no niego que quizás alguna vez fueron medidas justificables, aunque se metió a todo el mundo en el mismo saco, ya es hora de mirar hacia delante, este es un tema nuestro (entre cubanos)y nadie nos lo va a resolver.
    Los que pueden, deben tener la suficiente valentía, de así como se pide la suspensión de cualquier medida anticubana,(con las cuales casi todos no estamos de acuerdo)se abogue por los derechos, por el momento perdidos, de los que un día emigramos, quizás como cualquier ave migratoria, con la diferencia que esas aves pueden retornar, nosotros no.
    ..

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