Siguiendo por la vena musical que me ha dado ahora, recién he leído un artículo que me ha hecho sobre todo añorar y por qué no reflexionar.
Todos los cubanos recordamos (al menos los de mi generación y mayores) a actores y actrices, músicos, pintores y artistas en general, que triunfaban en Cuba cuando éramos pequeños y algunos que incluso continuaron haciéndolo después de nuestra partida. En muchos casos eran artistas consagrados, de larga trayectoria que gozaban del cariño de su pueblo y que nos acompañaban a diario desde la tele o teatros sin permitir que llegáramos a extrañarlos por lo asiduo de sus actuaciones.
Este es el caso de Susana Pérez, no hay quien recuerde una telenovela cubana y exitosa sin ella entre sus protagonistas; como olvidar aquella señorita de la sociedad colonial cubana del siglo XIX, o más reciente a la señora un poco descarada que en su madurez administraba un centro nocturno mientras disfrutaba del sexo y un buen nivel de vida a partes iguales; sin dejar relegado el teatro en el cual brillaba y conquistaba a su público indiscutiblemente.
Susana no es ni mucho menos el único ejemplo, actores como Reinaldo Miravalles –el Melecio Capote de siempre-, Orlando Casín, Carlos Cruz, Lily Rentería, Francisco Gattorno entre otros muchos más o menos jóvenes, emigraron de Cuba y ahora en Miami desgraciadamente, no puede decirse que hayan triunfado como en la isla.
Con los músicos ha sido más de lo mismo. Salseros que movían multitudes y llenaban salas de concierto y de fiesta, como Issac Delgado, Manolín, Carlos Manuel; solistas femeninas que marcaron épocas como Annia Linares, Maggi Carles o Mirtha Medina; otros más precoces en la emigración post revolucionaria como Arturo Sandoval, Paquito Rivera, etc., han tenido más o menos éxito pero nunca como el que disfrutaban en la mayor de las Antillas.
Reitero que todos no han tenido la misma suerte, eso sería negar la evidencia, los hay que siguen acudiendo al encuentro de los cubanos residentes en la otra orilla desde la televisión, como excelentes show man, galanes otoñales de telenovela y también en centros nocturnos. Sin olvidar a otros indiscutibles como la escritora Daina Chaviano, considerada entre los mejores escritores de Ciencia Ficción en el mundo que no ha mermado en actividad o reconocimiento viviendo en el gigante de América.
Este recordatorio reflexivo me lo ha provocado un artículo que recién he leído y en el que se alude precisamente, a una entrevista concedida por Susana Pérez nada menos que a Radio Martí y en la cual reconoce que “…extraña a su público cubano en la isla, su presencia en la Televisión Cubana y el teatro de buena calidad, donde no hay que decir palabrotas o desnudarse por capricho del mercado…”, sino por exigencias del arte. También confiesa que administra una clínica de belleza y asociado a esto realiza labores de promoción.
Todo lo anterior no tiene mayor importancia y parece más una crónica rosa de la que no soy muy partidaria, sino fuera por la reflexión que como dije me ha provocado.
Cada quien tiene su opinión e historia personal, pero bien es cierto que los que salimos de Cuba lo hacemos en su gran mayoría, buscando una oportunidad de crecer y abrir nuevos horizontes hasta entonces solo soñados, sobre todo la posibilidad de triunfar y tener un negocio propio en el sector asociado a nuestra formación, -cosa que en Cuba todavía no es posible del todo-, pero aún así pocos lo logran. Los artistas son quizás el caso más conocido por popular, tienen seguimiento de admiradores y nostálgicos, mientras que miles de cubanos anónimos comparten su frustración con el anonimato.
Hay un refrán que reza, nadie es profeta en su propia tierra, pero tal vez no se trate de profetizar mejoras en la tierra que nos vio nacer, a ella ante todo debemos amor y veneración como nos enseñó Martí. Justamente por esos sentimientos y la incondicionalidad que la pertenencia nos otorga, debemos comprender que nunca seremos verdaderos triunfadores o hombres de éxito si no podemos disfrutarlo en el país en el que fuimos sembrados. Y cuando digo disfrutar debería tal vez matizar, pues no se trata de pasear la bonanza propia ante la escasez de muchos como hacen algunos no triunfadores precisamente, sino contribuir con ella al desarrollo de la isla que disfrutaremos todos.
No se trata de que el público cubano sea más o menos culto que otros, que el cubano sea más trabajador o menos que otros, más o menos capaz, se trata de recordar ante todo y en todo momento que es nuestra tierra y cubanos somos todos; que el reconocimiento que mas añoramos es el de nuestra propia gente, que la necesidad que más nos apremia es la de disfrutar del éxito aliñado con el sol, el mar y el cielo que nos vio nacer.
Por suerte y no es que la tenga cogido con ellos, los artistas ya tienen parte del camino avanzado, el intercambio musical entre las dos orillas aunque todavía insuficiente y limitado a un solo sentido y a ciertos criterios, augura grandes cosas. No depende solo de Cuba, dejémoslo claro, pero sería increíble poder escuchar nuevamente a Issac, el Médico u otros que nunca lo han hecho, en los principales espacios culturales de la Isla, eso sí, siempre desde el respeto y la coexistencia pacífica.
Los cambios en la política de empleo y sobre todo en la mentalidad de los cubanos que ya aprenden la inviabilidad del que el estado emplee a todos a toda costa y todo coste, han abierto el camino a la inversión privada y controlada como opción de empleo y sustento. Ahora solo debemos esperar a que las miras se fijen más lejos y se permita a cubanos emigrados invertir en su país de forma directa y en igualdad de condiciones que cualquier otro inversionista. Se los riesgos que esto conlleva y las adecuaciones y regulaciones que habría que realizar pero creo sinceramente y como decía Calviño que VALE LA PENA.
AMIGA MIA LEI TU ARTICULO COMO LOS DEMAS QUE SIEMPRE LEO, Y SI ME HIZO REFLEXIONAR HACERCA DE LO QUE EN EL DESCRIBES... ES PENOZO QUE YA CASI NO QUEDEN ARTISTA CON LA CALIDAD COMO LOS QUE HAN EMIGRADO... PERO DESGRACIADAMENTE NUESTRO PAIS HA PERMANESIDO INMOVIL INTELECTUALMENTE DURANTE LAS ULTIMAS TRES DECADAS, DEBIDO A ESA PENOZA SITUACION MUCHOS HAN TENIDO QUE EMIGRAR, YO EN MI EJEMPLO TUVE LA SUERTE DOS VECES... PERO LA NOSTALGIA ME HACIA REFLEXIONAR... PERO BENDIGO A LOS COMPATRIOTAS QUE LOGRARON REALIZAR SUS SUEÑOS DE SER PERSONAS LIBRES.
ResponderEliminarPavel, santa palabra como se dice, porque tienes mucha razón. Tengamos fe, que es lo que nos queda. Saludos y sigue opinando que eres muy claro en lo que expresas. Muchas gracias.
ResponderEliminarojala sea posible abrir posibilidades de inversion a cubanos residentes fuera de la isla,ojala que pudieramos saborear el ritmo de Issac y muchos mas en Cuba,ojala Susana Perez vuelva a pisar un teatro cubano;son muchos ojala,pero vale la pena seguir soñando y pensando en positivo!!!
ResponderEliminarBelkis