martes, 6 de noviembre de 2012

REVALIDADO MATRIMONIO ENTRE HOMOSEXUALES EN ESPAÑA

Últimamente me sorprendo preguntándome con bastante frecuencia si esto es Europa. Sí, a veces me asalta la duda y me cuesta reconocer en este, al viejo continente que antaño se identificaba como cuna de la democracia y vanguardia de otros valores. La pobre Grecia caricaturiza la situación pero ahí no termina todo, España no podía ser menos y acontecimientos económicos aparte, suma y sigue en su particular cuenta hacia atrás. 
Hoy el TC (Tribunal Constitucional) de este país ha dado por "buena" definitivamente la ley que permite el matrimonio entre homosexuales, aprobada por el gobierno de Zapatero y que el PP, -como es de esperar-, ha tenido atragantada.
Si ya me parece muy fuerte que esta cuestión este todavía en debate, -a pesar de haberse aprobado una ley y al amparo de ella se casasen 22.000 parejas-, peor aún me resulta el desparpajo del PP al cambiar de casaca constantemente, por lo menos ha decidido acatar lo que el TC ha dictaminado, como si fuera opcional y celebrando que no le viene mal evitar más conflictos sociales; claro para quien olvida en cuestión de pocos meses sus promesas electorales, quitarle hierro al asunto y disimular su posición ultraderechista ante el mismo no es de extrañar.
¡¡¡Dios mío esto es Europa, esto es España!!!, como se puede intentar obviar la realidad social en un país donde mucho de los personajes más populares son abierta o ambiguamente homosexuales, incluidos altos cargos políticos, a buen entendedor...
En TVE1 he visto un debate entre una pareja homosexual y una "señora" que se empeña como parte de una plataforma u organización en dar por no válida esta ley; sus argumentos fueron de risa y los de la pareja aplastantemente lógicos, solo voy a comentar que la "señora" por supuesto esgrimió el objetivo de procrear que debe sustentar una pareja a lo que los admirables homosexuales rebatieron cuestionando si una pareja de heterosexuales, donde uno de sus miembros viera afectada su capacidad reproductiva, perdería el derecho a contraer matrimonio, argumento rotundo, aplastante, victoria por KO. Esto es solo una anécdota del día loco que en España se ha vivido.
En fin, la prudencia o tal vez la realidad aplastante se ha impuesto y todos podemos dormir tranquilos, al menos por hoy esto no dejará de ser Europa, y en específico los homosexuales podrán seguir comportándose como lo que son: seres humanos normales y corrientes, iguales a mí, a ustedes, a Gallardón y hasta quizás aún más a Mariano Rajoy.

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL MALECON DE LA HABANA

Malecón de la Habana, entrada de la bahía. (agosto 2011) 
El malecón, desde La Punta hasta el hotel Nacional. (agosto 2011)

Donde nace o termina -para mi lo primero-, La Chorrera. (agosto 2011)

No hace mucho buscaba una señal de mis cosas, de esas que había perdido de vista y que necesitaba relocalizar. El mar era una de ella, de las principales, y en especial el malecón.

Emigramos decididos a cambiar lo que deseábamos, progresar, realizar nuestros sueños aplazados y naturalmente resignados a perder de vista (que no es dejar atrás), lo bueno que siempre tuvimos y que no cabe en 20 Kg de equipaje.

Pensar en el MALECÓN DE LA HABANA me hace tanto bien como mal, él resume casi toda mi existencia, aún hoy cuando solo puedo sentarme en el muro del recuerdo.

Soy cubana y sobre todo HABANERA, -es algo de lo que me siento especialmente orgullosa y por eso lo digo siempre-. Nací y viví muchos años rodeada de mar, dos casas  distintas y nunca más de 5 km entre él y mi cama, mi mesa, mi comida; incluso en mis mañanas de escuela o trabajo desayunaba bocanadas de salitre durante el obligado recorrido bordeando la silueta del malecón.

En su muro me tosté hasta “achicharrarme”, reí, lancé piedras, también alguna pizza, (eventualmente por supuesto), todavía tengo un amigo que recuerda ese momento. También lloré y su susurro fue consuelo para algunas penas y sobre todo amé… Desde su  nacimiento lo observaba tan largo, retorciéndose, zigzagueando, sorteando obstáculos pero infinito como aspiraba que fuera mi amor.

Me acompañó día y noche sin faltar a la cita ni una jornada, durante 5 universitarios años; y a él me llevaron mis pasos para celebrar la licenciatura en aquella tarde de orgullo familiar y vanidad personal.

A su llamada visual acudimos obedientes, habaneros, cubanos en general y turistas, en verano para refrescar cuerpo y espíritu, y en invierno casi hipnotizados por el espectáculo de las olas golpeando el arrecife; yo en cada retorno a mi esencia, para mostrarle mi total devoción y reavivar los colores de la postal virtual que llevo en mi memoria inmortalizando su imagen.

Contiene a la ciudad, la protege de peligros reales e imaginarios, de inclemencias del tiempo y enemigos que alguna vez estuvieron del otro lado del muro. A veces el mar lo supera y se desborda inundando la ciudad, pero aún así el espectáculo es maravilloso.

Por supuesto tiene caras tristes, zonas acopiadas por delincuentes de poca monta, por otros que manifiestan su sexualidad sin el límite pudoroso que la cordura sugiere y algunas otras, pero no son propias solo disfraces fuera de época de carnaval con los que algunos pretenden opacar su hermosura.

Yo me quedo con su belleza atemporal, con su vigilia protectora, con su oscuridad cómplice para amantes incontenidos

Quizás como él debemos renovarnos pero también volver a nuestra orilla, de la que siempre formaremos parte y que nos baña algo más que la piel.

jueves, 2 de agosto de 2012

OPTIMISMO-PESIMISMO, GOLDMAN SACHS

A veces me pregunto si el ser optimista o pesimista es un tema genético más que una actitud ante la vida, en cualquier caso Goldman Sachs sí que es muy objetivo. Precisamente la conversación con una amiga hoy me ha provocado una nueva reflexión sobre estos aspectos.
Cierto que la realidad influye en nuestra actitud y forma de afrontar la vida, por ejemplo te levantas una agradable mañana de verano, y te despiertas mientras bebes ese café mañanero tan lleno de aromas como de deseos, abres tu ordenador en buscas de noticias o enciendes la tele, -a gusto del consumidor-, y la oleada de demoledoras noticias disipan definitivamente cualquier vestigio de sueño. Son las mismas de ayer, o así me lo parecen, solo que retocadas con actualizaciones de la prima de riesgo y otras cifras que ya nos resultan tan familiares como a un premio nobel de economía, sinceramente en 17 años que llevo de economista nunca había oído mencionar tantos indicadores financieros o bursátiles tan alegremente y menos en un ambiente general y público.
Me parece bien por supuesto, genial, todos debemos conocer la situación en que estamos y sobre todo hacia dónde vamos, por qué y qué se puede hacer para modificarla positivamente. No obstante  ¿es válido el alarmismo?.  
Siento que se ha perdido la frontera entro lo real y lo especulativo, tengo esa sensación inquietante de no conocer la verdad,  al menos no la esencial, solo vemos lo que nos cuentan, la manifestación fenoménica de “realidades esenciales” que no son para dominio público.
Para nadie es secreto que no son los mal llamados gobiernos quienes “gobiernan este mundo”, -la redundancia en este caso me resulta imprescindible-, hay instituciones o intereses da igual  el término, tan ocultos como poderosos, que mueven las fichas y dejan caer a unas u otras según convenga. Esto sí que escapa a nuestro conocimiento y comprensión, no se habla de ellas en los medios de comunicación por tanto para nosotros no existen, aquí doy por aceptado que nuestro conocimiento del mundo y percepción del mismo se reduce a lo que las grandes trasnacionales de la información nos trasmiten, no hay otra forma para los simples mortales que aún podemos controlar y conocer a cuanto asciende nuestro patrimonio consultando nuestra cuenta bancaria.
Tanta macroeconomía aturde, confunde y deprime, los intereses generales son más microeconómicos, el que vive de un salario no invierte en bolsa, no conoce los mercados futurista ni puede pensar en ellos cuando su futuro más lejano se encuentra a 30 días vistas
Lo concreto es que millones de familias no llegan a fin de mes, ¿acaso es posible ser optimista en esas condiciones?, quizás si, probablemente no; aquí puede ser determinante la cuestión genética, pero si falla hay que tirar de donde no hay y no dejar florecer el pesimismo.
Un poquito de optimismo estatal, incluso en los telediarios y la prensa escrita, no vendría mal, para terror con el cine nos basta. Cuanto bien haría un presidente con carisma y personalidad que nos levantara la moral a todos y nos asegurara que con trabajo, sacrificios pero sobre todo con mucho optimismo saldremos de esta.
Echo de menos las conversaciones con amigos donde el uso de la palabra crisis era limitado a otras situaciones quizás más personales y sobre todo escazas, en general reclamo el saludo o cualquier intercambio entre personas donde la macabra palabrita no emerja durante los 3  primeros minutos
Todo se resuelve con optimismo?, no, pero se gestiona de manera más efectiva, de eso no cabe duda. No dejemos que el pesimismo se enquiste, ni que Goldman Sachs nos embargue el optimismo.

sábado, 2 de junio de 2012

DESPEREZÁNDOME...


El mundo está al revés, nosotros en la península asándonos de calor “literalmente” y en Cuba pasaditos por agua, húmedos pero más fresquitos. Se me hace muy raro aún después de años, sentir tanto calor por estos lares. No obstante me sobrepongo, desperezo y escribo esta entrada.
El hecho es que las cosas cambian: calor-frio, todo cambia en este mundo ¿o no?.
Por cierto hoy he sabido de un cambio en Cuba, de una modificación en las regulaciones aduaneras. Tal vez no debería hablar de cambio, sino de “regreso al pasado” sin máquina del tiempo ni nada.
Resulta que en los últimos cuatro años los cubanos residentes o no, cuando viajábamos a la isla podíamos entrar alimentos como parte de nuestro equipaje sin abonar arancel alguno. Pírico consuelo, pero en fin era algo para calmar el desesperado afán de compartir con nuestros seres queridos, ingredientes de nuestro menú que para ellos son totalmente desconocidos o prohibitivos.
Entonces no tenía ni idea del motivo para tal decisión, los cubanos que vivimos fuera nos enteramos de este tipo de cosas por el boca a boca, el que viaja primero y sufre la experiencia la trasmite a su vuelta y así nos vamos actualizando y sorteando los inconvenientes.
Total que cargamos en cada viaje con productos lo menos perecederos posibles y eso por si solo constituye un logro, porque resistir las temperaturas del Caribe sobre todo en verano es tarea de titanes. Eso hasta hoy, ya que el cambio al que hacía referencia reduce considerablemente esa posibilidad, no es que se prohíba, sino que no estarán más exentos de pago de aranceles, y esa es la noticia.
Curiosamente con la notificación de hoy me he enterado que desde el 2008 hasta ahora, lo que se pretendía era facilitar la entrada de esos productos para de cierto modo “palear” los daños y pérdidas ocasionadas por los ciclones que por entonces azotaron la isla. Recuerdo bien los ciclones de esa temporada ya que tres de ellos decidieron entorpecer mis vacaciones, lo que no recuerdo es que aquellos porciones de quesos, chorizos, pimientos entre otros, que había llevado, palearan en algo los contratiempos del temporal, pues las cantidades que conformaban mi equipaje apenas alcanzaban para un aperitivo, por lógicas limitaciones de espacio y peso.
En fin, hoy se considera que: “Teniendo en cuenta que próximamente se cumplirán 4 años de esta medida, resulta necesario restablecer y exigir, a partir del 18 de junio del presente año 2012, el pago de los derechos de aduana para la importación de alimentos por la vía de pasajeros, de acuerdo a lo regulado en el Decreto Ley No. 22, del 16 de abril de 1979 sobre el Arancel de Aduanas de la República de Cuba, para las importaciones sin Carácter Comercial”.
Sin más esto es todo, a continuación os dejo la comunicación en cuestión y saque sus propias conclusiones.

NOTA INFORMATIVA DE LA ADUANA GENERAL DE LA REPÚBLICA

Estimados pasajeros:
 Desde el año 2008, como consecuencia de los daños y pérdidas ocasionados por los ciclones que azotaron nuestro país y su incidencia en lo económico y social, se autorizó temporalmente y de manera excepcional a los pasajeros cubanos residentes o no, la importación de alimentos exentos de pago de los derechos de aduana establecidos (arancel), lo que se ha mantenido hasta la fecha.
Teniendo en cuenta que próximamente se cumplirán 4 años de esta medida, resulta necesario restablecer y exigir, a partir del 18 de junio del presente año 2012, el pago de los derechos de aduana para la importación de alimentos por la vía de pasajeros, de acuerdo a lo regulado en el Decreto Ley No. 22, del 16 de abril de 1979 sobre el ¨Arancel de Aduanas de la República de Cuba, para las importaciones sin Carácter Comercial¨.
De igual forma, en aras de mantener la agilidad, la eficiencia y el buen trato de los pasajeros, durante el despacho aduanero, es importante destacar que la Resolución No. 11 del 2007 de la Aduana General de la República, en su resuelvo tercero establece que los alimentos son considerados misceláneas, procediendo el pago del arancel correspondiente, además en su resuelvo 5to, inciso c, se establece la exención de 10 kg de medicamentos a condición de que lo traiga separado del resto de los artículos.
La Aduana General de la República mantendrá informados a los pasajeros sobre cualquier otra indicación específica que se emita con relación a la importación de alimentos.
Para cualquier aclaración o información que se necesite, puede contactar a través de los siguientes teléfonos:
883-8282, 883-7575 y el 881-9732 (La Habana).
247015 Extensión 2265 (Ciudad de Matanzas).
513965 Extensión 119 (Ciudad de Cienfuegos).
227525 Extensión 220 (Ciudad de Villa Clara).
223613, 222951 Extensión 120 (Ciudad de Ciego de Ávila).
211809, 211303, 211504 Extensión 109 (Ciudad de Camagüey).
481801, 468594 (Ciudad de Holguín).
628991 Extensión 124 (Ciudad de Santiago de Cuba).

jueves, 26 de abril de 2012

LA BODEGUITA DEL MEDIO, 70 AÑOS Y LOS QUE VENGAN



Los aniversarios son acontecimientos que me gusta celebrar especialmente. No concibo que un cumpleaños pase desapercibido o que el homenaje se haga esperar. Por estos días me llegan algunos, especialmente el de mi madre y el de una muy buena amiga, ambas el día 1º de mayo. Al simbolismo que la jornada encierra, le achaco las energías que ambas siempre despliegan y su disposición para el trabajo. Gran madre la mía y gran ser humano, como también mi amiga que nunca desfallecen aunque insisten en que ya no es como antes, imposible creerles después de conocerlas.

No obstante para el 1º de mayo aún falta un poquito, primero está este 26 de abril que merece un aparte por el aniversario que se celebra. La Bodeguita del Medio, nuestra bodeguita, la de todos, cumple 70 años. Ya es una abuelita, pero también derrocha energía y lozanía.

Hoy rememoro mi primera visita a su sede. Recuerdo que entré y admiré sus salones, -perímetros realmente reducidos-, comenté conmigo misma después de comprobar que era más pequeña de lo idealizado por mi mente. Esas paredes me aplastaban, repletas de autógrafos a modo de grafitis, señalaban inequívocas el paso gustoso de ilustres escritores, políticos, músicos y anónimos admiradores de la gastronomía cubana y en especial del “mojito”.

Eran las primeras horas de la tarde de un día perezoso, lunes para más señal. Así que el público aun no era demasiado y podía admirar todo con cierta tranquilidad.

Entonces como ahora, tenía esa sensación tan especial de encontrarme con la historia de tantos años rosándome en diferente espacio y tiempo. El espíritu de miles de personas se cruzaba a mi paso, podía sentir su ajetreo, el bullicio de sus conversaciones y hasta el sonido de los vasos que entraban en contacto con el hielo y el ron de los mojitos; incluso creía escuchar las notas de las guitarras y la voz de  Carlos Puebla.

No puedo imaginar La Habana sin la Bodeguita, como todos le decimos; de hecho creía que era más vieja, que su historia se remontaba a los primeros años del siglo XX o incluso a los finales del XIX; y es que para mi siempre ha estado ahí, en el medio de la calle Empedrado, entre Cuba y San Ignacio, origen de parte de su nombre.

Aunque su leyenda es bien conocida vale reiterar que su origen fue el de una simple bodega, establecida por un cubano hijo de canarios, -esto siempre se dice aunque ya es sabido lo difícil que resulta encontrar un cubano sin raíces españolas-, y su esposa. Posteriormente pasó a servir comidas, debido a la demanda de establecimientos que ofrecieran ese tipo de servidos en la zona, la cual albergaba importantes ministerios, el distrito financiero con los principales bancos nacionales y extranjeros e incluso la bolsa de la Habana, sí porque la Habana también tuvo bolsa.

La peculiaridad de su ubicación a mitad de calle, hecho excepcional por esos tiempos donde este tipo de establecimientos solían ubicarse en las esquinas para garantizar su reconocimiento y las visitas, junto a su antiguo oficio de bodeguita, le ganó el sobrenombre. La exitosa campaña de marketing desplegada por un amigo de la casa el editor Félix Ayón entre amigos y conocidos junto a la fidelización de clientes conseguida por el éxito de su cocina, la inmortalizaron como la Bodeguita del Medio.

La bodeguita es más de lo que puede ver cualquiera que la visita, es parte de la simbología de la ciudad de mis amores, es un ícono de su ferviente actividad, de su rabiosa actualidad y su perenne protagonismo. Y aunque durante un tiempo estuvo vedada para los cubanos de a pie, los recientes cambios han levantado el embargo interno y ahora todos pueden disfrutar de sus bondades contradictoriamente tan cubanas; eso sí, siempre que la cartera abulte y sobren los CUC o chavitos, divisa en que se pagan todos los productos y servicios que pueden consumir tanto los nacionales como los extranjeros.

Ahí yacen 70 años de exitosa historia. Los cambios han sido muchos, pero nunca en su apariencia y esencia, sus paredes insisten en recordárnoslo. Así que invito a todos, para que sucumban a la tentación, sigan los consejos de Hemingway …”mi daiquirí en el Floridita y mi mojito en la Bodeguita”; disfruten de la trova cubana en estado puro, de “la entrañable transparencia” de Carlos Puebla, y se enamoren poseídos por el espíritu y los versos de Neruda o Gabriela Mistral que evocarán al leer sus notas en las paredes.

Mientras tantos comparto los versos del poeta nacional de Cuba, Nicolás guillén que en sus murales de adobe reposan:

La Bodeguita es ya la bodegona,
que en triunfo al aire su estandarte agita,
más sea bodegona o bodeguita
La Habana de ella con razón blasona.
Hártase bien allí quien bien abona
plata, guano, parné, pastora, guita.
Mas si no tiene un kilo y de hambre grita.
No faltara cuidado a su persona.
La copa en alto, mientras Puebla entona
su canción, y Martínez precipita.
Marejadas de añejo, de otra zona.
Brindo porque la historia se repita,
y porque es ya la bodegona,
nunca deje de ser La bodeguita.

Nota de Hemingway en la Bodeguita
Carlos Puebla en la Bodeguita

miércoles, 25 de abril de 2012

HILLARY CLINTON "GOZANDO EN LA HAVANA”


Desde la pasada semana la noticia ha corrido como pólvora y la polémica está servida. Medios de todo el mundo la han comentado, aunque cabe la duda sobre donde está la verdadera noticia, en la revelación de los hechos o en la particularidad del lugar donde se manifestaron.

Resulta que la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena, ha trascendido más por acciones colaterales que por el encuentro en sí mismo, el cual finalizó como todos saben, sin declaración conjunta por la falta de acuerdo entre los participantes. Ante aspectos tan trascendentales como la participación de Cuba en próximas cumbres, -tal como demandaban algunos países-, el apoyo al reclamo argentino por la independencia de las Islas Malvinas, incluso las drogas; las cumbres volvieron a demostrar su ineficacia. (A mí me recuerdan a las ferias de turismo y otras, que se organizaban bajo pretexto de fomentar las relaciones comerciales y solo servían para confraternizar y fiestear un poco).

Primero fueron noticia algunos miembros de la seguridad de Barack Obama, los cuales aparentemente aburridos decidieron alegrarse el cuerpo de una de las formas más antiguas conocidas. Esto tuvo una trascendencia tal vez ilógica, porque analizando la situación en perspectiva, ¿qué nos importa a nosotros si los “segurosos” del Super President se van de putas?, allá ellos y sus jefes.

Considero que se han perdido los límites y la globalización se manifiesta a todos los niveles, sino ¿por qué la prensa en general amenaza con teñirse de rosa y devorarnos a diario con informaciones tan carentes de importancia?.

Aun así el plato fuerte estaba por llegar y el pasado día 15 se publicaban las fotos de una Secretaria de Estado, pero ante todo una señora de 65 años, que se divertía en la noche de Cartagena.

Que el hecho tiene morbo, quizás sí, depende del público y de lo mal que anda este mundo.
Que se tratara del altísimo cargo de una potencia mundial, que por demás se encontraba secundando a su presidente en una cumbre de países debatiendo temas vitales, hace pensar que la situación no estaba para fiestas sino para estar negociando, gestionando lobbies, en función de los objetivos propuestos en la convocatoria y otros tantos.

Dicho esto, hasta aquí se comprende el análisis, pero aún hay más. La discoteca donde se “desfogaba” y bebía a “pico de botella” se llamaba HAVANA, ojo que no HABANA, o sea el nombre de la capital cubana pero en inglés y esto ha bastado para formar una tormenta donde no había ni nubes.

Que da gracia la coincidencia, SÍ, se trata de la Secretaria de Estado de USA bailando al son de la “Guantanamera”, casi un himno para Cuba, y demás ritmos latinos en un local de ambiente netamente cubano. Hay que mencionar que en este local son frecuentes las visitas de personalidades políticas y culturales como el propio presidente de Colombia Juan Manuel Santos con su esposa, Gabriel García Márquez, Benicio del Toro y otros integrantes de la farándula.

Pero no hay más allá, la discoteca se llama Havana como podía haberse llamado New York, ver en ello una contradicción, paradoja o cuestión política, no tiene mucho sentido. Si se tratara de ir a bailar a una discoteca cubana en suelo cubano, de tomarse una cerveza cristal o bucanero 100% cubanas y que solo en el país caribeño se producen, hubiese sido otra cosa, el bloqueo agonizaría, pero no es el caso. De hecho no se armaría tanto revuelo si hubiese bailado en un local cubano de los miles que hay en Miami.

Entonces ¿por qué tanto escándalo?.

La noticia que debía trascender es que ni Hilary Clinton se resiste al sabor y la música cubana esté donde esté y haga lo que haga, TODO EL MUNDO LA CONSUME.

martes, 17 de abril de 2012

GENERACIÓN TÍA TATA


La pasada semana, mientras visitaba a mi prima y sus niñas, y esperaba para compartir en familia la comida de un sábado, descubrí una “joya” en forma de libro para niños.
Dicha joya le había sido obsequiada a la más pequeña durante su visita a Cuba en el verano pasado, por tanto confirmo que es un libro cubano, su título “Vamos a cantar y soñar” y su autora Nerys Pupo, -facilito estos datos por si alguien se interesa y quiere buscarlo-.
En fin el libro recoge en sus páginas canciones, poemas, reflexiones martianas, y sobre todo raíces, raíces bien profundas que nos acercan a nuestra niñez.
Para mí ha sido un redescubrimiento, un viaje al pasado, a mis primeros años. La mayoría los asocio con esos “muñequitos*” de factura primitiva que ocupaban nuestras horas después de la escuela.
Por entonces la rutina extra escolar era más natural que la de ahora. Al finalizar las clases regresábamos a casa, merendábamos y salíamos a jugar con los amigos del barrio; la tarea o deberes se hacían antes o después del juego, a criterio de los padres. Cuando ya nos encontrábamos bastante desfogados después de correr sin parar y  jugar al pon*, a los escondidos*, los cogidos* y similares, regresábamos dóciles al hogar. Tras el baño reglamentario, llegaba el momento de la tele y los mencionados muñequitos, esos que hoy han regresado a mi mente revoloteando desde mi feliz niñez.
En verdad no eran nada sofisticados, era otra época. En la década de los 70 la animación era muy primaria, las teles en colores no existían en Cuba y ni soñar con el 3D; pero aun así se palpaba la diferencia entre los nacionales y los pocos que habíamos logrado ver de facturación norteamericana. Con todo y eso la magia era increíble.
Mi generación, siempre tengo que recordarlo, carente y víctima de muchas cosas, también lo fue de de los muñequitos rusos y de otros países socialista europeos, esos que tenían la gracia donde mismo escondían el ritmo al bailar. El payaso Ferninando, Bolek y Lolek, eran ejemplo de los que al menos se podían ver, pero otros…
No obstante la primitiva producción nacional valía la pena y nos mantenía pegados a la televisión de un modo que ya no se conoce.
En esos años la tele no era una caja tonta, los programas infantiles trasmitían valores, nos enseñaban cosas nuevas y por supuesto entretenían. ¿Recuerdan “Tia Tata cuenta cuentos”?, seguro que todos los cubanos mayores de 30 años sí. Para quienes no los son, les cuento que se trataba de un programa infantil y musical, en él que importantes actores, compositores y cantantes, interpretaban canciones que se recogen en el libro antes mencionado.
Como olvidar “Un día de paseo”, “Vinagrito” el súper simpático gatico, el inquieto Juan al que todo le tenía sin cuidado y muchos más.
¡Ay, Tía Tata cuenta cuentos!, -el juego de palabras hace pensar en otros cuentos menos inocentes y también nacionales, pero mejor no entrar en eso ahora-.
Al leer este libro y como todos conservábamos algo de niños, -y sino hay que rescatarlo-, sentí unas ganas inmensas de compartir esos poemas y canciones que entonces escuchábamos en vídeos clips protagonizados por simpáticos títeres con preciosas voces infantiles.
Aquí dejo algunos para reír un rato y rememorar la inocencia.
*muñequitos: así se llaman coloquialmente en Cuba a los dibujos animados.
*pon, escondidos y cogidos: juegos infantiles cubanos. 

Un día de paseo, con la diva Rosita Fornés.

El gatico Vinagrito, Teresita Fernández.

Bolek y lolek, muñequitos polacos.

martes, 3 de abril de 2012

150 AÑOS DEL MURCIELAGO


Cuando se habla de ron en cualquier lugar del mundo por lejano y recóndito que este resulte, se piensa en Cuba y el ron cubano. Razonamiento más que comprensible porque el ron nació en Cuba, al menos como hoy se conoce. Y por supuesto si se habla de ron cubano hay que hablar de Bacardí.
El pasado mes de febrero se cumplieron 150 años de la creación del Ron Bacardí y por ende del ron cubano. Es reconocido que la historia de este patrimonio nacional comienza con la creación de la compañía el 4 de febrero de 1862, no obstante el origen del ron Bacardí como el de otras exitosas bebidas se encuentra envuelto en un halo de misterio y mucho de leyenda que mistifica su éxito. En cualquier caso el ron no es más que el producto de la fermentación alcohólica y posterior destilación del guarapo o jugo de la caña que se añeja y mezcla.
Es verdad que no solo se producía ron en Cuba, ya se elaboraba en otras islas de las Antillas Españolas como Jamaica, República Dominica, Puerto Rico, incluso se considera a Jamaica como el primer lugar donde se logró la destilación continuada hasta llegar al ron. Aun así este era demasiado fuerte y de elevada graduación alcohólica, lo que impedía su consumo generalizado.
Fue entonces que surgió un ron más suave y ligero, producido en el oriente de Cuba  a manos de un emigrante español asentado en tierras santiagueras Don Facundo Bacardí Massó, originario de Sitges, Barcelona que con 15 años llegó a la isla en busca de fortuna y sueños por realizar.
Resulta curioso que dos de los principales productores de ron cubano que contribuyeron al renombre del mismo, hayan sido humildes emigrantes de origen español, el ya mencionado Don Facundo Bacardí Massó de Sitges y el vasco José Arrechabala y Aldama creador del Havana Club.
Y aquí surge el misterio alimentado durante siglo y medio. Don Facundo que había tenido varios negocios más o menos exitosos, incluso se había declarado en quiebra, decidió conquistar sus sueños y adquiere una destilería en Santiago de Cuba y funda su compañía. Surge así el mítico ron Bacardí.
En cuanto a su logotipo, el famoso murciélago que ha estado presente en sus botellas desde la primera hasta las actuales, surge a propuesta de Doña Amalia, esposa de Don Facundo, que tomó como referencia una colonia de los mismos en las vigas de la destilería y que conocedora de los poderes que se le atribuían por los criollos, -optimismo, sabiduría, buena salud, fortuna y unidad familiar-, sugirió a su marido que lo utilizara como símbolo del nuevo ron.
A partir de entonces no paró de crecer y llegó a ser unas de las empresas cubanas más importantes del panorama económico nacional, que producía y comercializaba un producto tan criollo que también le garantizó el éxito internacional. Ya para principios del siglo XX la compañía consolidaba su posición como líder empresarial en Cuba.
Las leyendas otorgan el secreto del éxito a diferentes fuentes, unas a las mágicas aguas santiagueras responsables de su calidad sin igual, y otras a una fórmula secreta cedida al fundador durante una noche de borrachera por un vinatero francés. La compañía ha sabido explotar a su favor dicho misterio  y sin negar ni dar por válidas las mismas, las ha convertido en importante elemento publicitario.
Durante casi un siglo, desde 1862 hasta 1960 Bacardí se elaboró en suelo cubano y aunque bien temprano tuvo clara la idea de expandirse y conquistar el mercado internacional, estableciéndose también en Puerto Rico y México entre otros, siempre fue un ron 100% cubano.
Igualmente es un hecho que la compañía tenía algo especial. Su historia ha estado unida a la historia del pueblo cubano. Emilio, uno de los hijos de Don Facundo, llegó a ser el primer alcalde la ciudad de Santiago y hasta Senador, después de haber colaborado activamente como enlace entre las fuerzas mambisas que luchaban por la independencia de Cuba y sus apoyos en la ciudad; luego durante la ocupación norteamericana colabora con sus tropas hasta la instauración de la república y la toma de su cargo. En la actualidad el edificio que fue sede de la compañía en La Habana, conserva su nombre: Emilio Bacardí.
Avanzando hacia la mitad del siglo XX, Bacardí como compañía y familia nunca apoyó la dictadura de Batista, no era como el resto de las empresas cubanas del momento, al menos así se considera; se dice que incluso colaboró con dinero y otras acciones con el movimiento 26 de julio. Curiosamente el contable de Bacardí era el padre de Vilma Espín, esposa fallecida de Raúl Castro y en general eran tolerantes con los trabajadores que también se identificaban con el movimiento revolucionario, cosa impensable en otras empresas.
Algunos miembros de la familia conocían a Fidel desde mucho antes, habían coincidido durante sus estudios en Santiago, pertenecían a la misma clase social, lo que también contribuía a la existencia de cierta simpatía hacia él y a no albergar temores a cambios significativos si llegara al poder.
Por todos son conocidos los vínculos entre la familia-máxima dirección de la compañía y el gobierno de E.U.A a través de sus embajadores en La Habana, así como su visión preclara de la situación del país a finales de la década del 50 del siglo XX. Por esta razón cuando avistaron que la realidad interna podía cambiar definitivamente, que Batista se negaba a seguir la invitación del gobierno norteamericano a abandonar el poder y convocar elecciones que garantizarán la continuidad de su hegemonía, así como conocen el programa propuesto por Fidel, prefieren anticiparse y poner a buen recaudo su “marca”, el bien más preciado, en un paraíso fiscal donde ningún peligro le asecharía. Con la marca a buen resguardo registrada fuera de Cuba y la expansión pionera que habían realizado estableciendo otras destilerías en Puerto Rico y México, se garantizaban el futuro.
En 1960, la compañía fue nacionalizada por el gobierno revolucionario y aunque como asegura el periodista estadounidense Tom Gjelten en su libro “Bacardí and the Long Fight for Cuba”, no encajaba en el modelo de empresa capitalista cubana explotadora que apoyaba y se identificaba con la dictadura de Batista mientras asfixiaba al pueblo cubano, -incluso trabajadores que aun viven en Cuba y que laboraron en sus instalaciones dan fe de los altos salarios que se pagaban así como las buenas condiciones de trabajo-, sin embargo la política de nacionalizaciones del gobierno revolucionario no permitía excepciones.
Quizás la compañía Bacardí hubiese sido un buen ejemplo de convivencia entre empresa capitalista y revolución, -este es un criterio personal-, una prueba concreta de la viabilidad del capitalismo monopolista de estado.
La familia Bacardí abandonó Cuba y con ella se llevó la supuesta fórmula secreta para la fabricación de su ron; el que antes se producía en tierras santiagueras se elaboraría a partir de ese momento en la hermana Puerto Rico. No obstante muchos aseguran que el auténtico ron Bacardí se quedó en Cuba, en las plantaciones de caña de azúcar, en las mieles que de ellas se obtienen, en las antiquísimas barricas de su fábrica y hasta en el viento, el sol y por supuesto, las aguas santiagueras.

Con ellos se llevaron “la marca” pero en las antiguas instalaciones se sigue produciendo ron ahora con otro nombre, incluso en algunos casos por las mismas manos que antes lo elaboraban y que aseguran que la fórmula con detalles tecnológicos específicos que se guardaban en el famoso “cuarto del secreto” y que solo era conocida por los dueños y algunos fabricantes, no existen como tal; se trata únicamente de una forma de hacer, de materia prima totalmente cubana, específicamente santiaguera a la que nunca más han tenido acceso, causante del “toque” que le falta al actual Bacardí.

En cuanto a la familia, luego de romper con el régimen revolucionario, emigraron a E.U.A. Algunos de sus integrantes se declararon abiertamente adversarios del gobierno revolucionario como es el caso de José Pepín Bosch, quien después de transitar de una tenaz oposición al dictador Batista, a un apoyo pionero a Fidel e incluso viajar como parte de su comitiva en los primeros meses de revolución a E.U.A, decide marchar y alinearse en sentido contrario.

A modo de resumen Bacardí pasó a ser identificada con las posiciones más activas contra el gobierno de la isla, se reconoce su financiación de la fallida invasión a Bahía Cochinos que pretendía derrocar al gobierno de Fidel Castro; también con la compra de un avión para bombardear las refinerías de petróleo, acción que finalmente no pudo llevarse a cabo, así como numerosos atentados, leyes de embargo a Cuba y la fundación de organizaciones para garantizar tales objetivos.

A criterio de Tom Gjelten, en la actualidad “…los Bacardí ya no están tan implicados en el apoyo a la oposición cubana. Son exiliados cubanos ricos, algunos de ellos apoyan a grupos…, pero muy pocos tienen papeles destacados, y la compañía como tal no lidera los círculos de la oposición cubana. Creo que sobrevuela la idea de que la compañía cometió un error al significarse tan destacadamente como parte del movimiento anticastrista y ahora se han concentrado más en los temas empresariales que en los asuntos políticos…”.

En el plano económico continua desarrollando la producción del ron Bacardí y otros licores, sin lograr –en opinión de muchos-, que el primero conservara el sabor único que tenía al fabricarse en Cuba. Según algunas fuentes, Bacardi es ahora la tercera compañía mundial de bebidas alcohólicas, por detrás de Diageo y Pernod Ricard. Una multinacional con sede en Bermudas que sigue siendo casi enteramente propiedad de la familia. Su actual presidente es Facundo Bacardi, tataranieto del fundador, nacido en E.U.A. y que se considera más norteamericano que cubano. La historia finalmente lo ha alejado de sus raíces.

Innegable resulta a mi parecer que Bacardí se ha distanciado de sus raíces, aunque reconozco el increíble éxito manifiesto en que generaciones como la mía, las que no llegamos a conocer el Bacardí elaborado en Cuba, que ni llegamos a degustarlo, lo sigamos asociando con nuestra patria e identificándolo como un ron cubano.
Ese es a mis entender el mayor reconocimiento, la prueba más verídica de que  forma parte del patrimonio nacional.
 Ron Bacardí
150 años del comienzo de las fiestas
 Entrega de reconocimiento a Facundo Bacardí III durante la celebración por el 150
aniversario en Puerto Rico
Edificio "Emilio Bacardí" en La Habana, símbolo del estilo art decó en Cuba

martes, 27 de marzo de 2012

EL PAPA EN CUBA

La visita del Sumo Pontífice de la iglesia católica a cualquier país provoca el jubileo de todos sus fieles y conlleva una movilización tantos de creyentes como no creyentes, algo más de lo que provoca cualquier otro jefe de estado. Es normal en todos los países, independientemente de su religión reconocida estatalmente o no.
En Cuba, como no podía ser de otro modo, este hecho cobra especial relevancia y no solo por la magnitud de la figura, sino por la relación tan atípica como variable que ha existido entre el pueblo, el estado cubano y la Santa Sede.
Por todos es conocida la situación de esta relación en los primeros años de la revolución, donde fue más tirante que nunca. La iglesia fue colocada en las antípodas de la revolución. Esto determino las posteriores relaciones hasta la década del 90 donde la acción de la jerarquía eclesiástica de la isla, el cambio en la posición hacia la iglesia del gobierno cubano y por supuesto la acción del Papa Juan Pablo II, terminaron por acercar posiciones.
El cubano es un pueblo creyente, cree en la Virgen de la Caridad del Cobre, -patrona de Cuba-, cree en los Orishas resultado del sincretismo entre la religión Yoruba y la Católica, cree en los amigos y el pacto de fidelidad que conlleva, cree en la familia, cree en la suerte, cree en el futuro; el cubano cree en todo, y por supuesto en la madre que lo parió. Por eso no es de extrañar que la llegada del Papa levante revuelo si se lee como la respuesta del pueblo a un acontecimiento, a la visita de una personalidad extranjera a las que siempre se recibe con respeto y cariño. Y es que el cubano es así, si el Papa pudiera andar por las calles como uno más, de seguro sería invitado a saciar la sed, el hambre y hasta algo más en cualquier casa cubana, porque los cubanos ofrecen y dan todo.
No obstante el Papa es EL PAPA, y como tal se le rinde tributo. Personalmente no creo que el pueblo sea en su mayoría católico practicante, ya dije que el cubano cree en todo, así que esta visita no tiene mayor significado espiritual para la mayoría.
Sin embargo se insiste en la importancia de esta visita para reforzar la posición ganada por la iglesia católica en la isla, esta última ha mediado con el gobierno para obtener la liberación de un importante número de presos políticos desde hace varios años, entre otras cosas y eso es innegable. De cualquier forma la posición de la iglesia no es política, solo se posiciona al lado del desamparado, del que sufre sin importar su filiación ideológica.
Por otra parte es responsabilidad de una personalidad de este calibre trasmitir un mensaje conciliador, por eso he encontrado más que acertadas las palabras pronunciadas ayer donde decía que iba a orar por “la libertad y la reconciliación” de la isla y que lleva en su corazón “las legítimas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos donde quiera que se encuentren". Son acertadas por lo que dicen y por lo que sugieren.
Sin intención de ofender a nadie, no creo que sea competencia del Papa entrar de  lleno en temas nacionales, no es su misión. Puede abogar e interceder como hizo su predecesor ante las autoridades cubanas por cambios positivos, por la unidad de la nación, por el perdón a los presos, por la tolerancia a la divergencia de ideas, pero no puede hacer más. El tema político es algo de exclusividad nacional y creo que solo le corresponde a los cubanos cambiarlo, a los cubanos de adentro y a los de afuera que para algo tenemos que viajar a Cuba con pasaporte cubano.
Lo cierto es que la iglesia tiene sus propios problemas y se enfrenta a numerosos escándalos de abusos sexuales. No se trata de verle las manchas al sol, pero es entendible que sino se reunió en México con la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes Pederastas, asunto que afecta directamente a su institución, es presumible que tampoco lo haga con organizaciones cubanas opositoras al gobierno de la isla, por muy legítimas y reconocidas que las consideremos.
Veamos entonces esta visita como lo que es, una fiesta para los cubanos católicos y un refuerzo para su iglesia que aun tiene mucho que hacer por su pueblo, y para el resto de los cubanos un reconocimiento a la isla que los vio nacer y que reclama más que nunca abrirse al mundo.

martes, 20 de marzo de 2012

COMO DECIA CALVIÑO: VALE LA PENA

Siguiendo por la vena musical que me ha dado ahora, recién he leído un artículo que me ha hecho sobre todo añorar y por qué no reflexionar.
Todos los cubanos recordamos (al menos los de mi generación y mayores) a actores y actrices, músicos, pintores y artistas en general, que triunfaban en Cuba cuando éramos pequeños y algunos que incluso continuaron haciéndolo después de nuestra partida. En muchos casos eran artistas consagrados, de larga trayectoria que gozaban del cariño de su pueblo y que nos acompañaban a diario desde la tele o teatros sin permitir que llegáramos a extrañarlos por lo asiduo de sus actuaciones.
Este es el caso de Susana Pérez, no hay quien recuerde una telenovela cubana y exitosa sin ella entre sus protagonistas; como olvidar aquella señorita de la sociedad colonial cubana del siglo XIX, o más reciente a la señora un poco descarada que en su madurez administraba un centro nocturno mientras disfrutaba del sexo y un buen nivel de vida a partes iguales; sin dejar relegado el teatro en el cual brillaba y conquistaba a su público indiscutiblemente.
Susana no es ni mucho menos el único ejemplo, actores como Reinaldo Miravalles –el Melecio Capote de siempre-, Orlando Casín, Carlos Cruz, Lily Rentería, Francisco Gattorno entre otros muchos más o menos jóvenes, emigraron de Cuba y ahora en Miami  desgraciadamente, no puede decirse que hayan triunfado como en la isla.
Con los músicos ha sido más de lo mismo. Salseros que movían multitudes y llenaban salas de concierto y de fiesta, como Issac Delgado, Manolín, Carlos Manuel; solistas femeninas que marcaron épocas como Annia Linares, Maggi Carles o Mirtha Medina; otros más precoces en la emigración post revolucionaria como Arturo Sandoval, Paquito Rivera, etc., han tenido más o menos éxito pero nunca como el que disfrutaban en la  mayor de las Antillas.
Reitero que todos no han tenido la misma suerte, eso sería negar la evidencia, los hay que siguen acudiendo al encuentro de los cubanos residentes en la otra orilla desde la televisión, como excelentes show man, galanes otoñales de telenovela y también en centros nocturnos. Sin olvidar a otros indiscutibles como la escritora Daina Chaviano, considerada entre los mejores escritores de Ciencia Ficción en el mundo que no ha mermado en actividad o reconocimiento viviendo en el gigante de América.
Este recordatorio reflexivo me lo ha provocado un artículo que recién he leído y en el que se alude precisamente, a una entrevista concedida por Susana Pérez nada menos que a Radio Martí y en la cual reconoce que “…extraña a su público cubano en la isla, su presencia en la Televisión Cubana y el teatro de buena calidad, donde no hay que decir palabrotas o desnudarse por capricho del mercado…”, sino por exigencias del arte. También confiesa que administra una clínica de belleza y asociado a esto realiza labores de promoción.
Todo lo anterior no tiene mayor importancia y parece más una crónica rosa de la que no soy muy partidaria, sino fuera por la reflexión que como dije me ha provocado.
Cada quien tiene su opinión e historia personal, pero bien es cierto que los que salimos de Cuba lo hacemos en su gran mayoría, buscando una oportunidad de crecer y abrir nuevos horizontes hasta entonces solo soñados, sobre todo la posibilidad de triunfar y tener un negocio propio en el sector asociado a nuestra formación, -cosa que en Cuba todavía no es posible del todo-, pero aún así pocos lo logran. Los artistas son quizás el caso más conocido por popular, tienen seguimiento de admiradores y nostálgicos, mientras que miles de cubanos anónimos comparten su frustración con el anonimato.
Hay un refrán que reza, nadie es profeta en su propia tierra, pero tal vez no se trate de profetizar mejoras en la tierra que nos vio nacer, a ella ante todo debemos amor y  veneración como nos enseñó Martí. Justamente por esos sentimientos y la incondicionalidad que la pertenencia nos otorga, debemos comprender que nunca seremos verdaderos triunfadores o hombres de éxito si no podemos disfrutarlo en el país en el que fuimos sembrados. Y cuando digo disfrutar debería tal vez matizar, pues no se trata de pasear la bonanza propia ante la escasez de muchos como hacen algunos no triunfadores precisamente, sino contribuir con ella al desarrollo de la isla que disfrutaremos todos.
No se trata de que el público cubano sea más o menos culto que otros, que el cubano sea más trabajador o menos que otros, más o menos capaz, se trata de recordar ante todo y en todo momento que es nuestra tierra y cubanos somos todos; que el reconocimiento que mas añoramos es el de nuestra propia gente, que la necesidad que más nos apremia es la de disfrutar del éxito aliñado con el sol, el mar y el cielo que nos vio nacer.
Por suerte y no es que la tenga cogido con ellos, los artistas ya tienen parte del camino avanzado, el intercambio musical entre las dos orillas aunque todavía insuficiente y limitado a un solo sentido y a ciertos criterios, augura grandes cosas. No depende solo de Cuba, dejémoslo claro, pero sería increíble poder escuchar nuevamente a Issac, el Médico u otros que nunca lo han hecho, en los principales espacios culturales de la Isla, eso sí, siempre desde el respeto y la coexistencia pacífica.
Los cambios en la política de empleo y sobre todo en la mentalidad de los cubanos que ya aprenden la inviabilidad del que el estado emplee a todos a toda costa y todo coste, han abierto el camino a la inversión privada y controlada como opción de empleo y sustento. Ahora solo debemos esperar a que las miras se fijen más lejos y se permita a cubanos emigrados invertir en su país de forma directa y en igualdad de condiciones que cualquier otro inversionista. Se los riesgos que esto conlleva y las adecuaciones y regulaciones que habría que realizar pero creo sinceramente y como decía Calviño que VALE LA PENA.

jueves, 15 de marzo de 2012

EL DOW JONES CUBANO

La desaparición de la carne de puerco, la visita del Papa, la lucha contra la corrupción, el 50 aniversario de la libreta de abastecimiento (cartilla de racionamiento), todos son temas de actualidad en Cuba sobre los cuales puedes leer en la prensa nacional; pero si hay uno que gana por goleada o por home run como se dice allá, es el primero.
 El puerco, cerdo o “mamífero nacional” como justamente le han calificado, ha desaparecido por arte de magia de las mesas cubanas, fue visto por última vez durante las pasadas navidades donde como de costumbre y cual suculento manjar, presidió las mesas en muchos casos amenazando de asfixia a los anfitriones encargados de su compra. Desde entonces poco o nada se sabe de él.
Es una pérdida imposible de aceptar, la dieta de los cubanos se basa en su preciada carne. Durante algo más de 5 décadas este animalito se ha ganado su lugar en los hogares cubanos, como dice la canción: como uno más de la familia. Se ha revelado como “El gran salvador”, cubriendo las penurias alimenticias e incluso engrosando las escuálidas  cuentas familiares. Por cierto hubo una época en que las imágenes de  cerdos criándose en bañeras, patios de servicios y otros lugares tan inimaginables como urbanos, dejaron de sorprender ante lo cotidiana que resultaban.
Pero esto es historia pasada, la actual, la que ahora se escribe en el día a día, trata de falta de suministros, malas gestiones e inexplicable escasez.
A finales de diciembre era casi entendible el aumento de la demanda y la imposibilidad de satisfacerla al 100%, como es sabido por su generalizado rol en las fiestas, pero que 3 meses después la situación en lugar de mejorar se haya vuelto crónica es algo alarmante, ¿no creen?.
Muchos artículos, entrevistas, opiniones más o menos autorizadas, han tratado de justificar, explicar o al menos hacer entender esta situación, ¿y qué, algo ha cambiado?.
Para nadie es un secreto que la producción de carne en Cuba es irrisoria e incapaz de satisfacer la demanda nacional. No obstante la de cerdo al estar menos regulada y tener menos requerimientos, siempre lograba palear las dificultades y extenderse más allá del autoconsumo. Mediante la producción campesina de forma privada y su venta en los mercados agropecuarios, se ha cubierto (menos que mas) las necesidades del cubano de a pie, pues las entidades estatales como granjas, cooperativas u otras, no han sido suficientes para satisfacer la canasta básica y además las necesidades de sectores como el hostelero. La importación ha quedado como única variante posible para completar la insuficiente producción estatal  y cubrir dicho déficit.
Por tanto cuando falla el suministro a los agro-mercados privados y se afecta el consumo de la población, los ojos se dirigen inevitablemente al campesino que la produce. ¿Por qué se ha afectado el suministro sino hay ninguna amenaza de fiebre porcina o cualquier otra epidemia que atenta contra el cerdo?.
Es lógico pensar que las causas están en la dificultad del sector estatal de cumplir con su parte del suministro y por supuesto la actividad especulativa que hace que el campesino común, prefiera vender su producción a intermediarios-especuladores que a su vez la re-venden en unos pocos mercados a precios desorbitados; o lo más importante que la vendan al sector hostelero, principal fuente de divisas del estado.
O sea con independencia de cualquier análisis económico más objetivo, aquí se trata de especulación dura y pura. Quien produce, el campesino, vende al mejor postor y este no es precisamente el estado.
En fin, hasta que la situación  no se “normalice” y el estado restablezca vía importaciones (incrementándolas) el suministro que permita cumplir con sus demandas, el cerdo seguirá comportándose como el Dow Jones que rige la economía del país y el bienestar de sus ciudadanos.  
¿Será necesario cambiar la dieta cubana o simplemente buscar nuevos mecanismos que restablezcan la venta regular a la población?.
Ya sé que es la guerra de supervivencia y que todo el que en Cuba encuentra una forma de rentabilizar su trabajo o “su búsqueda” como se dice, no se detiene a pensar demasiado, pero quizás ahí esté parte del problema.
Si ante dificultades de este tipo respondemos haciendo caja, el futuro peligra, el presente ya está embargado.

Agromercado cubano

Venta del mamífero nacional